“BANAMEX NO INTERESA AL GOBIERNO FEDERAL, CONFIRMA GOBERNACIÓN”
“El gobierno en este momento está enfocado en los intereses presupuestales, en la inversión pública, en la construcción y desarrollo de los grandes proyectos nacionales como la refinería en Dos Bocas, el Tren Maya, el Ístmico, el aeropuerto Felipe Ángeles, que nada más con detonar obras ha sido palanca del desarrollo regional”, señaló.
¿QUIÉN LE PREGUNTÓ AL SECRETARIO DE GOBERNACIÓN?
Los gobiernos que se crean decentes jamás meterán las manos en empresas e inversiones que sí produzcan centavos.
Sucedió en el sexenio de José López Portillo, él dizque expropió los bancos que entregó a sus amigos.
Siguió Miguel de la Madrid y para compensar ese arrebato, concesionó aseguradoras y casas de bolsa a los banqueros desplazados.
Deferencia que aprovecharon para traficar el dinero y al final quebraron y al pueblo se jodieron.
Y como ése hubo miles de fideicomisos fraudulentos que Salinas remató entre sus amigos para tenerlos contentos.
De haber disfrutado en vida, los jóvenes y viejitos, nos quedamos reducidos a miserables con vicios.
Vicios porque la costumbre de vanagloriarse de millonarios, ahora mil pesos se convirtieron en uno pero los gastos aumentaron.
Los precios de propiedades: edificios y terrenos se incrementaron de tal forma que con Zedillo vino el colapso.
El derecho de nacer no compagina el arranque, el hombre tiende a caer o ir hacia ninguna parte.
Los mexicanos urgidos, pensando en un cambio real, votaron por un campesino que nunca aprendió a hablar.
Bueno, hablaba como ranchero, afín con el populacho pero todo su sexenio apoyó al usurero.
Ahí se impuso el gañan ante el culto sin sombrero, quienes lo ayudaron a encumbrar se fueron al agujero.
Agujero de la historia, tampoco pensemos mal, su amigo fue el dinero que recolectó en gran cantidad.
Don Felipe Calderón enderezó lo torcido, el yugo unció con barzón y el buey fue reconocido.
Las criadillas no hicieron falta para ser bravo y entrón aunque ahora han aparecido resabios del pelotón.
Tuvo su crítico permanente, el supuesto presidente legítimo, el que urdió un gabinete que nunca hizo ni pío.
Los seis años de Peña Nieto culminaron el desplante de alguien que no leía pero intuía que era elegante.
Lo votaron las mujeres porque soñaban tener un caballero de su talla que no las dejara sin comer.
Una actriz de novelas aglutina sus pesares para que al final de cuentas otra viajara en sus mares.
No se sabe si hubo un acuerdo para dejarlo ganar pero AMLO no reclamó nada cuando su candidata, Delfina Gómez Álvarez, perdiera en las elecciones del estado de México, sino que se alineó al resultado que el PRI señaló en el listado.
Pero el pueblo desesperado y cansado del contubernio, lo eligió como el mandamás y ahora atraviesa el infierno.
