Antonio García García
Morelia, Michoacán, a 04 de marzo del 2022.- El griterío y la pasión se desborda en el Estadio Morelos en cada uno se los dos goles que anota el equipo de casa Atlético Morelia y al final, levantar los brazos al cielo porque el triunfo significa no solo vencer al rival, sino cumplir con una espectativa del equipo michoacano para estar en el máximo circuito del balompié nacional.
Entre en júbilo, recuerdo al grande del ensayo futbolero, Eduardo Galeano, quien decía “el gol es el poema del futbol” y ciertamente son poemas las anotaciones del equipo moreliano que hacen estremecer al coloso del Quinceo.
Un sinumero de llegadas, pero pocos alaridos salen de la garganta del Estadio José María Morelos, pero dos goles del equipo Atlético Morelia fueron suficientes para mostrar poderío y logra la victoria en el regreso a los partidos con público, después de que el estado atravesara la Cuarta Ola de la Pandemia y de que se decretó la reactivación de los eventos masivos al 75 por ciento de aforo.
La afición añora los viejos tiempos de ver al equipo “canario” en el máximo circuito, por eso ayer por la tarde-noche se hizo presente y festejo el primer gol anotado por Jesús Andrés Ramírez, después hizo estremecer al Coloso del Quinceo el segundo gol que anotó Gael Acosta.
Los 10 mil 521 espectadores hicieron, por un momento, rugir al “Morelos”, como en antaño. Todos festejan el triunfo, inclusive los “villamelones”. Todos brincaron de su asiento eufóricos en cada gol y el silvatazo final.
“La poesía, como decía Gaston Bachelard, debe ser un sentimiento de elevación del espíritu y los goles del Atlético Morelia parecen que elevan a toda la inchada”.
Momentos antes del inicio del encuentro entre “canarios” del Atlético Morelia y Dorados de Sinaloa, la afición se aglomeró afuera del Estadio Morelos, muchos no alcanzan boleto. Hay críticas fuertes y buscan por largos minutos comprar un boleto a los revendedores, aunque pocos lo logran.
El Coloso del Quinceo poco a poco fue llenando sus gradas de la cabecera norte, así como la parte poniente y la zona VIP, para dejar vacía la cabecera Sur y gran parte del oriente, la inchada amarilla llegó al final del primer tiempo y aunque durante el partido todos están alegres y esperanzados, los goles vinieron en la segunda mitad del encuentro.
Fuerte alarido escapa de la garganta del Quinceo tras la primera y la segunda anotación, sin embargo, no logran encender el ánimo por completo, todos parecen dispersos, con su pensamiento en otro lado, solo la “porra” canaria no deja de cantar y alentar al equipo de sus amores.
Termina el partido y todos salen del estadio, pero entre la plática de los conocedores y los viejos aficionados sale a relucir la añoranza de los viejos tiempos, de las grandes glorias, de las figuras de aquel equipo en el máximo circuito del balompié mexicano.
Y así, todos se retiran con el sabor del triunfo, pero con la melancolía y el deseo de un equipo de primera división.